a figura del conserje en un
colegio es muy importante. Los conserjes son el primer contacto diario con las
familias y los niños/as. Conocen a los alumnos/as y a sus familias. Con el
tiempo, acaban siendo la referencia
directa de los problemas que surgen a
diario en la comunidad educativa.
Abren y cierran puntualmente las
puertas del colegio. Atienden a las personas que llegan al centro. Custodian el
mobiliario y las instalaciones. Controlan el encendido y apagado de las luces
generales. Conectan y desconectan el sistema de alarma. Detectan averías y las
notifican. Realizan pequeñas reparaciones y trabajos de mantenimiento. Son los encargados de hacer las fotocopias que los tutores/as necesitan para impartir sus clases. Riegan el
césped y los árboles del jardín. Controlan que la basura se recicle
correctamente. Se encargan de que los
patios estén limpios para ser utilizados por los niños/as …
Y realizan muchas otras tareas
para que “todo funcione”, para que las clases puedan desarrollarse como es
debido. Muchas cosas dependen de su labor. Labor que a veces no se aprecia lo
suficiente, pero que se resalta enormemente,
cuando algún día no puede asistir a su puesto de trabajo … entonces todo
el mundo pregunta por el conserje …
Esta entrada en nuestro Blog,
quiere ser un homenaje a los/las
conserjes que han pasado por nuestro colegio a lo largo de sus 27 años
de existencia. Todos/as han desarrollado su trabajo con gran entrega, llegando
a ser muy queridos por los niños/as, los padres/madres y los maestros/as. Cada uno/a ha tenido un estilo propio de
trabajo y le ha dado al mismo, una impronta personal singular. A todos ellos/as
nuestra gratitud y nuestro recuerdo más cariñoso.
Pero ahora, hagamos un poco de
historia…
Dª Dolores Villena, nuestra Sra.
Lola. Fue la primera conserje que tuvo nuestro colegio. Con ella se inauguró el
centro allá por el año 1989.
Entregada a su tarea por completo, nunca diferenciaba su horario
de trabajo con su descanso personal. Como vivía en la vivienda anexa a la
escuela, continuamente se ocupaba de su custodia y vigilancia.
Apasionada de
las plantas y los animales, cuidó con esmero de “sus flores” que adornaban todo
el colegio y hasta llegamos a tener un jaulón grande con varias parejas de
canarios para el disfrute de los niños/as.
Integrada en el barrio desde
siempre, es muy conocida y querida por todos los que tuvieron el privilegio de
tratarla profesional o personalmente. Desarrolló
su labor hasta que se jubiló en el año 2003.
Don Mario Tosso. Mario se
incorpora a su labor de conserje tras la jubilación de la Sra. Lola. El curso
anterior, había estado trabajando de vigilante en nuestro colegio, contratado
por el Plan de Familias.
Era cuando, muy acertadamente, la Junta de Andalucía mantenía abierto todos los colegios los días
de diario hasta las ocho de la tarde y los fines de semana y festivos, de ocho
de la mañana a ocho de la tarde.
Ese fue su primer año entre nosotros. Logró
efectivamente abrir el centro a la barriada. Su talante y buen trato a los
chavales le permitió organizar campeonatos de fútbol, competiciones y hasta
confeccionó un carnet para los usuarios
de nuestras instalaciones.
Éramos, gracias a la dedicación de Mario, un ejemplo
a seguir…
Mario animando a los niños/as en el escenario
Con esa carta de presentación,
pasó a ocupar el puesto de conserje. Madrugador nato, añadiéndole
voluntariamente horas a su horario laboral, a las seis y media de la mañana ya
estaba en “su colegio”. Preparaba todo para esperar a las siete y media, a los
compañeros/as del Aula Matinal. Y ya no paraba… Fue además responsable del
comedor escolar. Su experiencia en el ramo de la hostelería en Londres, hizo
que organizara ejemplarmente el servicio.
Mario con Davinia. Antigua alumna y ahora madre de alumna
A sus tareas propias de conserje siempre le añadía un gesto
agradable, unas palabras cariñosas a los niños/as y una atención exquisita a
los mayores. Los alumnos/as lo adoraban y él se desvivía por ellos…
El acto de
su despedida se convirtió en un llanto colectivo. Mario se jubiló en enero de 2009. Actualmente es nuestro Papá Noel particular, para los más pequeños del colegio.
Almuerzo de homenaje y despedida
Lorena Merida pasó entonces a ser
la conserje del Pablo Picasso. Nuestra joven universitaria se adaptó
rápidamente a nuestra comunidad educativa. Dinámica, organizadora nata y
dinamizadora de cualquier tarea que se le encomendase, supo rápidamente
granjearse la confianza y la amistad de todos/as.
Siempre iba por delante de las
situaciones que se planteaban. Cariñosa con los niños/as y dispuesta siempre a
ayudarles en cualquier momento que lo necesitaran. Muy aficionada a la lectura
se volcaba en el funcionamiento de nuestra biblioteca. Igualmente disfrutaba
con las Ferias del Libro y las exposiciones que se organizaban en el
colegio.
Con la apertura del nuevo Museo
Cruz Herrera, se le brindó la oportunidad de mejorar su situación laboral y
dedicar su trabajo a cuidar y difundir la obra del insigne pintor linense. Para ella fue una decisión difícil, pero los
que la queríamos y sabíamos de su valía, la animamos a tomar la decisión.
Su
despedida en el patio, coincidiendo con la celebración del Día de la Paz, fue
muy emotiva. Cada curso le hizo entrega unos trabajos dedicados a ella… las
lágrimas fueron inevitable.
Acto de despedida en la celebración del Día de la Paz
Con el Claustro al completo
Desde su trabajo en el Museo
atiende, de una manera muy especial, a nuestros alumnos/as cuando efectúan la
visita a sus instalaciones. No ha perdido el contacto con nosotros ya que con
frecuencia se pasa por el colegio para saludarnos y acompañarnos, en los días
especiales de celebraciones y fiestas.
En una visita de nuestros almunos/as al Museo
Después de la marcha de Lorena,
se incorporó Ibán Florido. Ha sido antiguo alumno del colegio y actualmente es
el nuevo responsable de la conserjería. Le deseamos el mismo éxito en su
trabajo que tuvieron sus antecesores en el cargo.
Conserje saliente y entrante
Ibán a la guitarra en el "Día de Andalucía"
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